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¡Qué conejo tan rico!

¡qué conejo tan rico!


Una noche, el señor Lobo descubre un conejo abandonado en una cesta frente a su puerta. Perfecto para comer al día siguiente. Oh, ¡pero es pequeño y muy flaco! El señor Lobo tendrá que engordarlo, cuidarlo y atenderlo antes de poder hincarle el diente.
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